En junio de 2014 los restos de un cetáceo aparecieron
varados en la isla Saint-George, que forma parte de las islas Pribilof situadas
en el Mar de Bering. Una especialista en focas, que había sido alertada del
animal por su descubridor, un joven profesor de biología, determinó que se
trataba de un zifio de Baird, habitual de las profundidades y que suele aparecer
en playas cuando muere.
El cuerpo sin vida del extraño zifio varado en la isla de Saint-George en 2014
Aunque con tal clasificación todo parecía resuelto,
la historia afortunadamente no quedó ahí y un análisis posterior acabó determinando que
no se trataba de tal especie. Cuando gracias a las mareas el cadáver del animal
pudo verse mejor, la propia experta se percató y comentó que no podía
reconocerlo. Su carne parecía demasiado oscura y la aleta dorsal bastante
grande y flexible. El mamífero marino en realidad se correspondía con una nueva
y extraña especie a la que por lo visto los japoneses ya conocían y llamaban karasu o “cuervo”.
En una investigación llevada a cabo por
científicos nipones se hablaba de una especie de zifio negro de la que los
balleneros japoneses llevaban relatando desde la década de 1940. Algo más
pequeños en tamaño, grupos de estas ballenas se avistaban, entre abril y junio,
en el estrecho japonés de Nemuro.
Por ahora todo lo que se conoce de esta
especie se resume a esqueletos conservados y ejemplares muertos, incluyendo
tres que aparecieron varados en Hokkaido, Japón, pareciendo increíble para los
científicos el que todavía el animal no haya sido visto con vida.
Reconstrucción a cargo de NOAA del nuevo zifio descubierto
recientemente en el Pacífico
Uno oye una y otra vez que estos descubrimientos
no son habituales, pero ahí están, se siguen dando en este ya supuestamente
tan conocido planeta Tierra.
Fuentes:
http://www.nationalgeographic.es/animales/descubierta-en-alaska-una-nueva-especie-de-ballena
http://www.lavanguardia.com/natural/20160730/403574577351/ballena-descubierta.html
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