En un nuevo periplo por tierras murcianas aprovecho para visitar diferentes rincones de la región.
Tras una comida entre amigos en El Berro y un paseo campestre entre pinares, a la vuelta el cielo nos regala un auténtico cuadro que no podía dejar de inmortalizar.
Otro gran momento fue mi regreso al que probablemente sea mi lugar favorito de la comunidad: Calblanque. Además, entre un fuerte vendaval que hacía rugir el mar con otro espectacular atardecer de fondo.
Y siguiendo por la costa murciana, una visita a Bolnuevo y sus asombrosas setas rocosas, que son formaciones modeladas a través del tiempo por el mar y el viento.
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