domingo, 3 de febrero de 2013

Frente a frente con Architeuthis dux

Allí estaba. Al cruzar la verja del CEGMA y acercarme al edificio, desde el exterior de este, pude observar con gran entusiasmo como dentro de una gran urna de fluidos conservantes su reciente existencia había sido inmortalizada desde ese mismo día para la posteridad. Así ha sucedido desde siglos atrás con innumerables animales, y así debía suceder con este sorprendente organismo. Y es que gracias a este proceso fue como el pasado viernes día 1 por fin pude verme cara a cara con un animal que hasta entonces solo había podido contemplar en fotografías y en ilustraciones. De una vez por todas tuve el enorme placer de verme frente a frente con el calamar gigante (Architeuthis dux).



También fui uno de los escasos afortunados que tuvimos el placer de asistir a la conferencia que impartieron los que probablemente sean los mayores expertos españoles sobre la materia, titulada: “El calamar gigante: mitos y leyendas”. En nada menos que dos interesantísimas horas, Luis Laria y Ángel Guerra nos deleitaron con los resultados de la necropsia realizada al cefalópodo y con su biología en general. Sobre lo primero, la medida final fue de 3’90 metros, y en cuanto a su muerte no hallaron las causas claras. Se trataba de una hembra inmadura, la cual se había debilitado hasta morir, puede que por una enfermedad no identificada. De hecho no encontraron ningún alimento en su estómago. Durante la charla nos mostraron el enorme pico de loro que había sido extraído del cadáver y el cual había sido conservado en un tarro con alcohol. Fue impresionante sostener semejante pieza en mis manos.


Luis Laria hablándonos de un ejemplar cedido al Smithsonian


Al fondo Ángel Guerra

Este ejemplar era el que ya comenté en otro artículo anterior [Calamares Gigantes en el Estrecho de Gibraltar (II)], que fue encontrado en Punta Carnero, Algeciras, el 10 de octubre de 2012. Al acabar la conferencia tuve la oportunidad de hablar con Luis Laria y Ángel Guerra, dos personas muy agradables con las que pude intercambiar impresiones sobre el gran molusco.

Como escribí en mi segunda obra, este mesías de la Criptozoología hace tiempo que abandonó la leyenda, que dejó de ser un críptido para transformarse en una especie más aceptada por la ciencia. Su eventual presencia en nuestra área del Estrecho nos traslada hasta primitivas épocas, hasta viejos bestiarios, y hasta los albores de la Criptozoología.