sábado, 21 de julio de 2012

Calamares Gigantes en el Estrecho de Gibraltar


Las particulares condiciones meteorológicas y oceanográficas que predominan en el Estrecho de Gibraltar han dado lugar a un ecosistema de un enorme valor medioambiental. Entre su fauna hay que acentuar la presencia de cetáceos habituales como delfines o calderones, pero también de otros migratorios de mayor tamaño como el cachalote. No obstante, puede que sea más sorprendente aún la presencia en este enclave del mayor invertebrado existente hoy día: el calamar gigante.


 El Estrecho de Gibraltar, en una imagen de la NASA


Para dar con la primera referencia conocida de carácter zoológico de este animal en nuestras aguas, hay que retroceder mucho atrás en el tiempo, hasta el año 77 de nuestra era. Plinio el Viejo en su Historia Natural narra el testimonio de Lucio Luculo, procónsul de la Bética, ocurrido en la antigua ciudad romana de Carteia, ubicada hoy en San Roque. Según parece un cefalópodo se las apañaba para nutrirse de las salazones en horas nocturnas, hasta que una noche un perro alertó a los pescadores de su presencia. Lo fascinante de todo esto es que el cefalópodo, probablemente un calamar, tenía unas medidas desproporcionadas, y para darle muerte tras una dura batalla se debió hacer uso de numerosos tridentes. Tal monstruo fue despedazado y enviado por partes ante la presencia de Lucio Luculo, el cual recogió este hecho en sus memorias por medio de su lugarteniente Trebio Niger. 

En su Historia Natural, Plinio el Viejo escribe:

"No han de olvidarse las observaciones hechas por L. Lucullus, procónsul de la Bética, acerca de los pulpos, y publicados por Trebius Niger, que era de su séquito... Los demás casos que este autor narra han de ser interpretados mejor como prodigios. Cuenta que en los viveros de Carteia había un pulpo que acostumbraba a salir de la mar y acercarse a los viveros abiertos, arrasando las salazones, lo que excitaba la indignación inmoderada de los guardianes por sus hurtos continuos. Unas cercas protegían el lugar, pero las superaba trepando por un árbol; no se le pudo descubrir sino por la sagacidad de los perros, que lo vieron una noche cuando regresaba al mar. Despertados los guardianes, quedaron asombrados ante el espectáculo, en primer lugar por la magnitud del pulpo, que era enorme; luego porque estaba por entero untado de salmuera, despidiendo un insoportable hedor... Hizo huir a los perros con su aliento terrible, azotándolos unas veces con los extremos de los tentáculos o golpeándolos con los fortísimos brazos, utilizados a modo de clavas. Con trabajo se lo pudo matar a fuerza de tridentes. Se mostró a Lucullus su cabeza, que tenía el tamaño de una tinaja capaz de contener quince ánforas; repitiendo las expresiones del mismo Trebius diré que sus barbas difícilmente podían abarcarse con ambos brazos y que eran nudosas como clavas, teniendo una longitud de treinta pies. Sus ventosas eran como orzas, semejantes a un lebrillo; los dientes eran de la misma proporción. El resto del cuerpo, que fue guardado por curiosidad, pesaba setecientas libras. El mismo autor asegura que en estas playas el mar arroja también sepias y calamares de la misma magnitud."


 Ejemplar de la Historia Natural de Plinio el Viejo 
de mediados del siglo XII. Se encuentra en la 
Abadía de San Vicente de Le Mans, Francia


A pesar de que se denomina pulpo al animal, todas las teorías actuales a propósito de éste se decantan por un calamar. Las descripciones realizadas tanto del gigante en sí como de su comportamiento (a excepción de que el cefalópodo en cuestión se ayudara de un árbol para realizar sus fechorías, algo que en realidad sólo era una suposición que nadie había visto) parecen evidenciarlo. Por otra parte, el calamar es el único cefalópodo certificado, al menos de momento, capaz de alcanzar las dimensiones señaladas.

Este suceso no se trata sólo del primer registro zoológico de un calamar gigante en el Estrecho, sino que puede ser incluso el primer caso documentado de la Criptozoología en España.

El siguiente hecho importante de los que he podido recopilar, dando un gran salto en el tiempo y situándonos ya en el siglo XX, se produce en Tarifa y varios rotativos se encargaron de recogerlo. En los siguientes recortes del año 1955 (el mismo artículo en dos periódicos distintos) se narra la noticia:



Un monstruo marino en aguas de Tarifa

Tarifa, 15. — Desde hace cinco días, y a la hora del crepúsculo aparece, a quince metros del puerto exterior del muelle del Corazón de Jesús, un animal marino desconocido en esta zona del Estrecho. Algunos opinan que se trata de un pulpo gigantesco, mientras que otros creen que es de otra especie, y los que le han observado coinciden en describirle como de grandes dimensiones, con cuatro o seis grandes brazos en ambos lados, con los que chapotea en el agua como si bracease. Si siente algún ruido se sumerge verticalmente, dejando espuma en el agua.
El raro animal ha sembrado la alarma entre los marineros que tripulando botes de remos suelen dedicarse a la pesca en aquellas Inmediaciones, por lo que se han visto obligados a buscar otros lugares. Es tal la curiosidad que ha despertado el animal, que numerosas personas a la puesta del sol observan, desde el puerto, la salida a flote de este monstruo marino. — Cifra.

Por las descripciones, un servidor apostaría a que el animal que más encaja tras este críptido sería un cefalópodo, y con un tamaño para que se le considerara “monstruo” el molusco más acertado es el calamar gigante. He preguntado a varios marineros de avanzada edad, pero ninguno recuerda nada del suceso, no en vano, si que guardan en su memoria muchas historias similares. Lo curioso de este caso es que traspasara las fronteras de la ciudad y consiguiera tal notoriedad en diarios nacionales.

La siguiente crónica sobre nuestro protagonista habla del supuesto ataque de un calamar gigante a un trimarán a su paso por las Columnas de Hércules, una noticia que apareció en enero de 2003 en distintos medios escritos. En una competición que casualmente se denomina “Julio Verne”, el francés Olivier de Kersauson intentaba volver a conseguir el título que ya lograra en 1997. Todo iba perfecto, hasta que una madrugada a la altura del Estrecho de Gibraltar el barco disminuyó su velocidad hasta casi pararse en seco. Olivier comentó: 

“Estaba en el puente, al timón. Empecé a sentir unas vibraciones anormales. Pensé que habíamos enganchado una red... El barco cada vez navegaba más despacio. Iluminamos todo con lámparas y arriamos el génova y la mayor. Pero no vimos nada anormal.”


 El trimarán Gerónimo, supuestamente atacado 
por un calamar gigante en 2003


Didier Ragot, segundo de Kersauson, corrió a la escotilla sumergida y observó con sus propios ojos a un calamar gigante. Ragot dijo: “Bajó dos de sus tentáculos hacia el timón y lo rodeó. Creí que iba a arrancarlo. Fue impresionante. Sus tentáculos eran como mis brazos dentro del traje náutico... Le vi marcharse por la popa. Mediría unos diez metros…”

Tras su encuentro, el calamar, habiendo perdido el interés por el barco, regresó a las profundidades. Los hombres por su parte continuaron su navegación hacia Canarias.

El suceso más reciente en el Estrecho con el calamar gigante como implicado ocurre una vez más en Tarifa. El siguiente recorte lo encontré hace varios años en una web la cual me ha sido imposible encontrar de nuevo para poder citarla. Dicho artículo pertenece al Faro Información de Algeciras, correspondiente al  31 de Julio de 2003:




Una hembra de Architeuthis dux, con una medida de 5,14 metros y unos 45 kilos de peso,  fue encontrada en la playa del Tejar. Tras ser congelada se envió al Centro Oceanográfico de Málaga para formar parte de su colección de organismos marinos. La noticia concluye con que según la Guardia Civil, se trataba del tercer ejemplar del que se tuviera constancia en el Mar Mediterráneo.

La pregunta que surge tras estos casos parece ser evidente: ¿qué hacen estos animales en el Estrecho de Gibraltar? 

El hallazgo de otro calamar gigante en Conil de la Frontera el 24 de mayo de 2003 puede que tenga que ver en la posible solución. No son pocos los expertos que han planteado la idea de que en el Golfo de Cádiz exista una población fija de Architeuthis dux, concretamente en la zona mas profunda que se forma entre las placas africana y euroasiática. Y esta teoría estaría más fundamentada gracias al paso del cachalote, su mayor depredador, por la zona. Debido a la cercanía del Estrecho estos titánicos moluscos pueden ser arrastrados desde aguas atlánticas, incluyendo el mismo Golfo de Cádiz, hasta nuestra zona por la corriente superficial oceánica que penetra en el Mediterráneo.

Por otra parte, con dos ejemplares encontrados muertos (Tarifa y Conil) y un supuesto ataque al trimarán, el año 2003 debió haber sido especialmente ajetreado para ellos en cuanto a su presencia en aguas gaditanas.


 Un ejemplar de 3'5 metros de largo fue hallado muerto en 
Conil de la Frontera el 24 de mayo de 2003

Acostumbrados a saber de este tipo de animales en otros lugares del mundo o incluso en otras zonas de España, debemos sentirnos afortunados de que en nuestras propias aguas del Estrecho de Gibraltar tengamos el privilegio de contar con la eventual presencia de éstas fantásticas criaturas.