martes, 5 de junio de 2012

¿La Mariposa Monarca en Tarifa?


¿Quién no ha visto en los documentales sobre naturaleza las grandes migraciones de la mariposa monarca (Danaus plexippus)? Este bello espectáculo tiene lugar en América del Norte, de donde es nativa. Sus orugas se alimentan de plantas que contienen compuestos tóxicos que tras sintetizarlos las hacen incomestibles para los pájaros.



Hace cosa de un par de años mi hermano me comentó haber visto esta mariposa volando cerca de su casa. Recuerdo que al recibir su noticia una sonrisa, mezcla de incredulidad y casi arrogancia, se dibujó en mi rostro; claramente se había tenido que confundir, la especie que habría visto tenía que ser otra regional de cierto parecido.

Pero otro avistamiento llegó a mis oídos un par de meses después, al que le siguieron varios más en consecutivas fechas. Con todo esto, mi incredulidad comenzó a refugiarse bajo la prudencia. ¿Por qué tanta gente me contaba lo mismo? ¿Podían estar todos confundidos? ¿Es que de verdad la mariposa monarca estaba revoloteando a sus anchas por mi ciudad de Tarifa?

Entonces llegó el momento. Un buen día de sol estaba sentado en una plaza (“La Ranita” como la conocemos localmente los tarifeños) hablando por teléfono, cuando quedé perplejo al ver el animal que sobrevolaba cerca de mí. Era ella, no cabía duda, la mariposa monarca, y por su tamaño y su característico colorido, nadie me podía decir lo contrario. 

                         

Me acordé entonces de la sonrisa burlona con la que recibía a todos los que me venían contando lo mismo. Y precisamente yo, un entusiasta de la Criptozoología, que sabía de buena manera que ésta ciencia o pseudociencia en gran medida depende de avistamientos no confirmados por la zoología oficial, y que en el mejor de los casos, éstos avistamientos son tomados como grandes equivocaciones o cuentos de personas fantasiosas con muy poca emoción en sus vidas.

Habiendo cambiado, sin más remedio y con gran placer, mi postura, me puse a buscar una respuesta lógica a la estancia de este insecto en el Parque Natural del Estrecho. Sabía que en la vecina Gibraltar hay aficionados que se dedican a la colección y cría de mariposas, seguramente una afición legada de los británicos. ¿Tendrían ellos la culpa de que este animal se encontrara en Tarifa? ¿Las habían soltado ellos o se habían escapado y habían llegado hasta aquí? Para ser sincero, no sabía hasta que punto un animal que había necesitado desde tanto tiempo atrás de las grandes migraciones en el continente americano para estimularse y completar su ciclo reproductivo, podía habituarse tan fácilmente a un criadero. En cierto modo lo veía algo difícil, pero por una cosa u otra nunca seguí investigando para resolver mis dudas.

Recientemente, gracias a los biólogos que llevaban años tras ella estudiándola, se ha podido certificar que ha sido ella misma, sorteando con gran maestría el inmenso océano Atlántico tras generaciones, la que ha decidido asentarse en esta zona. Según he leído en algunos artículos es posible que ésta mariposa lleve visitando la península desde el siglo XIX, cuando en su expansión alcanzó las Canarias, Madeira y las Azores, y Australia por el Océano Pacífico.

Y ahora viene lo anecdótico. Hace poco, indagando en la biología de este animal tanto en libros como en internet, di con su oruga. Otra sorpresa más: yo ya había visto esa oruga. Miré entre mis archivos fotográficos, pero rápidamente me percaté de que no tenía que buscar tanto. La tenía en este mismo blog, en la pestaña de Fotografías “Colección”:



Aquí adjunto más imágenes, una realizada por mí a la misma oruga y otras recogidas de internet, para que pueda apreciarse la semejanza:





Las fotografías del animal, el cual estuve observando y siguiendo durante un buen rato por su bello colorido, las realicé en septiembre de 2007 en el Santuario de la Virgen de la Luz. 

Tenía la oruga (si no me he equivocado en la identificación) entre mis fotografías y no me había enterado. No soy zoólogo, pero me fascinan desde niño los animales, y en especial los artrópodos, como puede apreciarse entre mis fotografías. Entre ellas, hay algunas especies que conozco desde pequeño y otras que no, y a pesar de que desde que fotografío animales siempre me digo que tengo que ponerme un día a identificarlos con sus correspondientes nombres, nunca lo hago. Y no crean que por dejadez, que va. El problema es que tengo tantas aficiones que en mi tiempo libre me cuesta dedicarme lo que debiera a cada una de ellas.

Respecto a la mariposa monarca, después de todo no debería sorprenderme su estancia en esta zona. Sé de primera mano que algunas especies de peces tropicales han sido vistos por buceadores expertos y biólogos en la Isla de las Palomas. Por otra parte, cada vez con más asiduidad están apareciendo aves de distribución africana en esta zona del Estrecho de Gibraltar. No sé a ciencia cierta si en todos estos casos tiene que ver el tan comentado calentamiento global, pero no cabe duda de que da mucho que pensar.

Desde aquella vez que la vi por primera vez, he vuelto a ver la mariposa monarca en más ocasiones, pero como siempre me ocurre nunca llevo la cámara encima en los momentos claves. Parece ya ley de vida. Por ahora lo único que puedo mostrar en éste blog a parte de fotografías de otros autores y de su oruga, es ésta captura de unas alas que encontré en el mismo lugar donde la avistara por primera vez, pertenecientes sin duda a un ejemplar que eligió este mismo sitio para pasar los últimos instantes de su vida.