El recinto, que en realidad es un templo tailandés, cuenta con unas excelentes instalaciones que recrean lo que sería una selva tropical, ideal para las mariposas que dentro se encuentran. Estas vuelan a sus anchas siendo generalmente muy fáciles de fotografiar, ya que están acostumbradas a las personas. Lógicamente el visitante no puede tocarlas, pero a veces son ellas son las que vienen y se posan sobre ti.
El grupo más abundante es el de las mariposas diurnas, haciendo gala de un auténtico festival de colores. Da igual las veces que las veas, nunca te cansas de contemplarlas.
Heliconius charitonius
Parides iphidamas
Morpho peleides
Papilio palinurus con un ala tocada
Especial lugar ocupan las mariposas nocturnas, representadas por dos notables especies. La primera es Samia ricini, originaria de Asia.
Samia ricini
Agrupación de S. ricini, las cuales al ser nocturnas reposan durante el día.
Una hilera de S. ricini
La segunda sin duda alguna es la estrella del templo: Attacus atlas, citada a veces como la mariposa más grande del mundo, originaria también de Asia. Descansando prácticamente inmóvil, los visitantes tienden a creer que no son reales. Esta de la foto llevaba unas 24 horas fuera de la pupa sobre la que todavía seguía aferrada. Vivirá aproximadamente una semana.
Attacus atlas
El lugar además es muy didáctico, tanto para niños como para adultos. Allí puede observarse el ciclo de vida de los lepidópteros, desde la reproducción hasta la emergencia, pasando por la alimentación.
Dryas iulia
Idea leuconoe
Emergencia de Caligo memnon
Orugas
El recinto además cuenta con la presencia de otros animales muy singulares, como un ualabí, tortugas, iguanas, camaleones y peces koi.
En definitiva un lugar de recomendada visita, tanto para los aficionados a las mariposas como para los amantes de la naturaleza en general.
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