Las particulares condiciones
meteorológicas y oceanográficas que predominan en el Estrecho de Gibraltar han
dado lugar a un ecosistema de un enorme valor medioambiental. Entre su fauna
hay que acentuar la presencia de cetáceos habituales como delfines o
calderones, pero también de otros migratorios de mayor tamaño como el
cachalote. No obstante, puede que sea más sorprendente aún la presencia en este
enclave del mayor invertebrado existente hoy día: el calamar gigante.
El Estrecho de Gibraltar, en una imagen de la NASA
Para dar con la primera
referencia conocida de carácter zoológico de este animal en nuestras aguas, hay
que retroceder mucho atrás en el tiempo, hasta el año 77 de nuestra era. Plinio
el Viejo en su Historia Natural narra el testimonio de Lucio Luculo, procónsul
de la Bética, ocurrido en la antigua ciudad romana de Carteia, ubicada hoy en
San Roque. Según parece un cefalópodo se las apañaba para nutrirse de las
salazones en horas nocturnas, hasta que una noche un perro alertó a los
pescadores de su presencia. Lo fascinante de todo esto es que el cefalópodo,
probablemente un calamar, tenía unas medidas desproporcionadas, y para darle
muerte tras una dura batalla se debió hacer uso de numerosos tridentes. Tal
monstruo fue despedazado y enviado por partes ante la presencia de Lucio
Luculo, el cual recogió este hecho en sus memorias por medio de su
lugarteniente Trebio Niger.
En su Historia Natural, Plinio el
Viejo escribe:
"No han de
olvidarse las observaciones hechas por L. Lucullus, procónsul de la Bética,
acerca de los pulpos, y publicados por Trebius Niger, que era de su séquito...
Los demás casos que este autor narra han de ser interpretados mejor como
prodigios. Cuenta que en los viveros de Carteia había un pulpo que acostumbraba
a salir de la mar y acercarse a los viveros abiertos, arrasando las salazones,
lo que excitaba la indignación inmoderada de los guardianes por sus hurtos
continuos. Unas cercas protegían el lugar, pero las superaba trepando por un
árbol; no se le pudo descubrir sino por la sagacidad de los perros, que lo
vieron una noche cuando regresaba al mar. Despertados los guardianes, quedaron
asombrados ante el espectáculo, en primer lugar por la magnitud del pulpo, que
era enorme; luego porque estaba por entero untado de salmuera, despidiendo un
insoportable hedor... Hizo huir a los perros con su aliento terrible,
azotándolos unas veces con los extremos de los tentáculos o golpeándolos con
los fortísimos brazos, utilizados a modo de clavas. Con trabajo se lo pudo
matar a fuerza de tridentes. Se mostró a Lucullus su cabeza, que tenía el
tamaño de una tinaja capaz de contener quince ánforas; repitiendo las
expresiones del mismo Trebius diré que sus barbas difícilmente podían abarcarse
con ambos brazos y que eran nudosas como clavas, teniendo una longitud de
treinta pies. Sus ventosas eran como orzas, semejantes a un lebrillo; los
dientes eran de la misma proporción. El resto del cuerpo, que fue guardado por
curiosidad, pesaba setecientas libras. El mismo autor asegura que en estas
playas el mar arroja también sepias y calamares de la misma magnitud."
Ejemplar de la Historia Natural de Plinio el Viejo
de mediados del siglo XII. Se encuentra en la
Abadía de San Vicente de Le Mans, Francia
A pesar de que se denomina pulpo al animal, todas las teorías actuales a
propósito de éste se decantan por un calamar. Las descripciones realizadas
tanto del gigante en sí como de su comportamiento (a excepción de que el
cefalópodo en cuestión se ayudara de un árbol para realizar sus fechorías, algo
que en realidad sólo era una suposición que nadie había visto) parecen evidenciarlo.
Por otra parte, el calamar es el único cefalópodo certificado, al menos de
momento, capaz de alcanzar las dimensiones señaladas.
Este suceso no se trata sólo del primer registro zoológico de un calamar gigante en el Estrecho, sino que puede ser incluso el primer caso documentado de la Criptozoología en España.
El siguiente hecho importante de
los que he podido recopilar, dando un gran salto en el tiempo y situándonos ya en
el siglo XX, se produce en Tarifa y varios rotativos se encargaron de recogerlo.
En los siguientes recortes del año 1955 (el mismo artículo en dos periódicos
distintos) se narra la noticia:
Un monstruo marino en aguas de Tarifa
Tarifa,
15. — Desde hace cinco días, y a la hora del crepúsculo aparece, a quince metros
del puerto exterior del muelle del Corazón de Jesús, un animal marino
desconocido en esta zona del Estrecho. Algunos opinan que se trata de un pulpo
gigantesco, mientras que otros creen que es de otra especie, y los que le han
observado coinciden en describirle como de grandes dimensiones, con cuatro o
seis grandes brazos en ambos lados, con los que chapotea en el agua como si
bracease. Si siente algún ruido se sumerge verticalmente, dejando espuma en el
agua.
El
raro animal ha sembrado la alarma entre los marineros que tripulando botes de
remos suelen dedicarse a la pesca en aquellas Inmediaciones, por lo que se han visto
obligados a buscar otros lugares. Es tal la curiosidad que ha despertado el
animal, que numerosas personas a la puesta del sol observan, desde el puerto, la
salida a flote de este monstruo marino. — Cifra.
Por las descripciones, un
servidor apostaría a que el animal que más encaja tras este críptido sería un cefalópodo,
y con un tamaño para que se le considerara “monstruo” el molusco más acertado
es el calamar gigante. He preguntado a varios marineros de avanzada edad, pero
ninguno recuerda nada del suceso, no en vano, si que guardan en su memoria
muchas historias similares. Lo curioso de este caso es que traspasara las
fronteras de la ciudad y consiguiera tal notoriedad en diarios nacionales.
La siguiente crónica sobre
nuestro protagonista habla del supuesto ataque de un calamar gigante a un
trimarán a su paso por las Columnas de Hércules, una noticia que apareció en
enero de 2003 en distintos medios escritos. En una competición que casualmente se denomina “Julio Verne”,
el francés Olivier de Kersauson intentaba volver a conseguir el título que ya
lograra en 1997. Todo iba perfecto, hasta que una madrugada a la altura del
Estrecho de Gibraltar el barco disminuyó su velocidad hasta casi pararse en
seco. Olivier comentó:
“Estaba en el puente, al timón. Empecé a sentir unas vibraciones
anormales. Pensé que habíamos enganchado una red... El barco cada vez navegaba
más despacio. Iluminamos todo con lámparas y arriamos el génova y la mayor.
Pero no vimos nada anormal.”
El trimarán Gerónimo, supuestamente atacado
por un calamar gigante en 2003
Didier Ragot, segundo de
Kersauson, corrió a la escotilla sumergida y observó con sus propios ojos a un
calamar gigante. Ragot dijo: “Bajó dos de
sus tentáculos hacia el timón y lo rodeó. Creí que iba a arrancarlo. Fue
impresionante. Sus tentáculos eran como mis brazos dentro del traje náutico...
Le vi marcharse por la popa. Mediría unos diez metros…”
Tras su encuentro, el calamar,
habiendo perdido el interés por el barco, regresó a las profundidades. Los
hombres por su parte continuaron su navegación hacia Canarias.
El suceso más reciente en el
Estrecho con el calamar gigante como implicado ocurre una vez más en Tarifa. El siguiente recorte lo encontré hace
varios años en una web la cual me ha sido imposible encontrar de nuevo para
poder citarla. Dicho artículo pertenece al Faro Información de Algeciras,
correspondiente al 31 de Julio de 2003:
Una hembra de Architeuthis dux, con
una medida de 5,14 metros y unos 45 kilos de peso, fue encontrada en la playa del Tejar. Tras ser
congelada se envió al Centro Oceanográfico de Málaga para formar parte de su
colección de organismos marinos. La noticia concluye con que según la Guardia
Civil, se trataba del tercer ejemplar del que se tuviera constancia en el Mar
Mediterráneo.
La pregunta que surge tras estos
casos parece ser evidente: ¿qué hacen estos animales en el Estrecho de
Gibraltar?
El hallazgo de otro calamar
gigante en Conil de la Frontera el 24 de mayo de 2003 puede que tenga que ver en la posible solución.
No son pocos los expertos que han planteado la idea de que en el Golfo de Cádiz
exista una población fija de Architeuthis dux, concretamente en la zona mas
profunda que se forma entre las placas africana y euroasiática. Y esta teoría
estaría más fundamentada gracias al paso del cachalote, su mayor depredador, por la zona. Debido a la
cercanía del Estrecho estos titánicos moluscos pueden ser arrastrados desde
aguas atlánticas, incluyendo el mismo Golfo de Cádiz, hasta nuestra zona por la
corriente superficial oceánica que penetra en el Mediterráneo.
Por otra parte, con dos ejemplares encontrados muertos (Tarifa y Conil) y un supuesto ataque al trimarán, el año 2003 debió haber sido especialmente ajetreado para ellos en cuanto a su presencia en aguas gaditanas.
Por otra parte, con dos ejemplares encontrados muertos (Tarifa y Conil) y un supuesto ataque al trimarán, el año 2003 debió haber sido especialmente ajetreado para ellos en cuanto a su presencia en aguas gaditanas.
Un ejemplar de 3'5 metros de largo fue hallado muerto en
Conil de la Frontera el 24 de mayo de 2003
Acostumbrados a saber de este
tipo de animales en otros lugares del mundo o incluso en otras zonas de España,
debemos sentirnos afortunados de que en nuestras propias aguas del Estrecho de
Gibraltar tengamos el privilegio de contar con la eventual presencia de éstas
fantásticas criaturas.