El pasado 1 de mayo, en una escapa exprés a la Región de Murcia, visitamos el río Chícamo con la familia de mi pareja.
La verdad es que cuanto más nos íbamos acercando al destino, y miraba una y otra vez a mi alrededor, a uno le costaba creer que en algún lugar de este semidesierto pudiera haber agua. Pero sí, la había.
Por lo que he leído en internet, este río discurre entre conglomerados de un delta de hace 10 millones de años. Es en realidad esa la sensación que se tiene cuando vas a través de él, de estar inmerso en un pasado muy lejano. Aunque también, todo sea dicho, de encontrarse en una película del oeste.
Y ya que el paisaje era ciertamente repetitivo (aunque interesante) me entretuve más en fotografiar la fauna murciana que en inmortalizar los escenarios. Una pena que de mis adorados odonatos todavía volaran muy pocos.
En suma, un lugar más para el recuerdo.
Una hembra de Anax parthenope ovipositando
Macho de Calopteryx haemorrhoidalis
Hembra de Calopteryx haemorrhoidalis
Una preciosa y gran culebra de herradura, la cual nos dejó boquiabiertos.
Iberus alonensis
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